Desde el punto de vista del cliente final, el proceso de introducción de nuevos productos en el mercado en sí no importa realmente. Independientemente de cómo avance el proyecto, el dispositivo final debe ser adecuadamente funcional y cumplir ciertos requisitos. La inmensa mayoría de los equipos que salen a la venta hoy en día están fabricados técnicamente de forma correcta, pero no es infrecuente que “correctamente” sea sólo mínimamente suficiente si se considera el valor del producto en su conjunto. Las ventajas de un enfoque basado principalmente en el uso de soluciones estándar basadas en plantillas suelen ser un ahorro evidente.
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Cumplir sólo con lo básico del proyecto puede parecer una idea bastante racional y tentadora. El uso de una gama de módulos y componentes probados y ampliamente utilizados, suministrados por proveedores externos, puede ayudar. De este modo, el dispositivo puede alcanzar rápidamente un estado funcional tal que permita una distribución más amplia. Esto recuerda al concepto de MVP (Minimum Viable Product), que es un producto mínimamente listo para el mercado. Es lo suficientemente completa como para demostrar su valor a los clientes potenciales. Sin embargo, el uso de elementos no adaptados a las necesidades de un proyecto concreto desde cero puede ir en detrimento de la innovación, el cuidado o incluso la calidad de la solución final.
Quien arriesga…
Un planteamiento demasiado centrado en entregar un producto que cumpla sólo los requisitos más básicos puede, sin una estrategia adecuada, crear problemas adicionales en fases posteriores. La reducción inicial del gasto puede acabar aumentando de forma imprevista, como consecuencia de la posible necesidad de repetir determinadas fases del proyecto (por ejemplo, las pruebas CEM). La falta de reconocimiento de las necesidades del mercado, unas prestaciones insuficientes y un diseño poco meditado desde el principio pueden causar problemas al usuario final. Todo ello puede influir significativamente en la percepción del producto entre los compradores.
Una solución a medida
Sin embargo, los problemas de riesgo derivados del escenario descrito anteriormente, bastante negro, pueden eliminarse casi por completo. La respuesta a estos problemas es crear una solución que se adapte a las necesidades del proyecto desde el principio. Esto puede lograrse trabajando con especialistas experimentados desde la fase conceptual, por lo que merece la pena conocer y comprender mejor el proceso de comercialización de un producto electrónico, o al menos cómo lo hacemos en Unisystem.
El apoyo de ingenieros experimentados es valioso en casi todas las fases, desde la idea inicial hasta la aplicación final. El aspecto general de la colaboración depende del nivel de complejidad del proyecto. El punto de partida es siempre una serie de reuniones y consultas para reunir los requisitos funcionales y técnicos del dispositivo. El cliente puede contar con asesoramiento y asistencia en la selección de componentes individuales: esto ahorra tiempo desde el principio, pone parte de la responsabilidad en manos de especialistas y garantiza la optimización de costes. Una vez conocidas las especificaciones, se crea el inicio de la documentación de diseño en forma de diagrama de bloques que, mediante el uso de bloques funcionales, muestra cómo funcionará el producto.
El documento ilustra la relación de dependencias entre los principales componentes del sistema – procesadores, circuitos integrados y microprocesadores. En esta fase también se definen los factores adicionales que pueden afectar a la forma en que el módulo se implementará en el dispositivo final: las dimensiones externas de la solución, su mecánica, su grosor, los parámetros eléctricos y cómo se alimentará. Para que el hardware se adapte mejor a las necesidades del cliente, también se analizan los modelos 3D disponibles. El encaje en las carcasas existentes y la adaptación a las propiedades de los materiales pueden resultar tan complicados que a veces es necesario ir un paso más allá y diseñar desde cero la protección del módulo adecuada, pensada exclusivamente para esta aplicación concreta.
De la idea a la aplicación
Una vez desarrollado el concepto, se traslada a una solución electrónica concreta. La documentación se crea en plena colaboración con el cliente; durante este proceso, el producto final se va aclarando poco a poco. Una vez superados los procesos internos de verificación, el diseño se presenta al cliente para su aprobación, teniendo en cuenta todas sus dudas e inquietudes. La total transparencia de las soluciones utilizadas y su comprensión por parte del director del proyecto garantizarán que las fases posteriores de creación de prototipos, pruebas internas, realización de ajustes y actualización de la documentación se desarrollen con fluidez y rapidez. Tras la validación final de la funcionalidad del dispositivo, se entrega el primer lote al cliente.
WD-40 y el fracaso de Nintendo
La historia conoce muchos fracasos que han sido el resultado de acciones poco meditadas en una fase del proceso de desarrollo del producto. Los errores cometidos pueden dar lugar a algo especial: el nombre de la formulación WD- 40 significa “Water Displacement – 40th Attempt” (Desplazamiento de agua – 40º intento), que se traduce literalmente como “desplazamiento de agua – 40º aproximación”. Esto significa que 39 fórmulas anteriores para esta medida no tuvieron éxito y sólo 40. resultó ser el que llevó al éxito a sus creadores. Sin embargo, las circunstancias del diseño de productos para el mercado electrónico suelen ser mucho menos favorables.
Un caso de estudio interesante podría ser la tecnología de realidad virtual (RV). Bien establecida en el mercado del ocio electrónico actual, desde la década de 1990. del siglo pasado ha registrado altos temporales y bajos dolorosos, uno de los mayores de los cuales fue el Virtual Boy de Nintendo en 1995. Los dispositivos actuales para este tipo de entretenimiento sólo se parecen a su antepasado en apariencia: la consola de Nintendo ni siquiera ofrecía una experiencia de realidad virtual, sólo una imagen en 3D. El producto utilizaba un par de espejos oscilantes para transformar una única línea de píxeles LED en una proyección tridimensional, formada por píxeles rojos sobre fondo negro. Eran los únicos colores compatibles con un hardware que, además, era incómodo de usar, tenía un sistema operativo poco sensible, era caro y ofrecía poca funcionalidad. Además, causaba problemas de espalda a sus usuarios y su uso excesivo podía incluso dañar la vista. Este es un ejemplo de innovación introducida en el mercado antes de que la tecnología necesaria para hacerla realidad estuviera realmente lista. Sin embargo, una idea adelantada a su tiempo no fue el único factor del fracaso de Virtual Boy: no se prestó suficiente atención a las pruebas del propio hardware. El producto se lanzó apresuradamente al mercado deteniéndose en la fase de su concepto, muy atractivo pero en aquel momento aún poco realista.
Innovación a través de un diseño bien pensado
El resultado de la combinación de la profesionalidad de los ingenieros de Unisystem y la materialización de la visión en el proyecto es un dispositivo utilizado en el mercado minorista: una combinación de caja de autoservicio móvil y carrito de la compra. Elimina la necesidad de hacer colas y simplifica enormemente el propio proceso de compra en cualquier tipo de tienda, sin apenas intervención del personal. La mercancía seleccionada es escaneada directamente por el usuario y el pago se realiza a través del teléfono o la app de un minorista específico. A continuación, basta con volver a colocar el dispositivo en su sitio y abandonar las instalaciones.
La solución descrita no sólo beneficia a los clientes, sino también a las propias tiendas: el carrito ayuda a controlar los procesos de compra de los usuarios, analizar sus elecciones e influir en sus decisiones. La pantalla incorporada también permite mostrar cualquier contenido publicitario para informar de las promociones en curso. La pantalla también puede sugerir productos complementarios adicionales, en función de los que ya haya escaneado el cliente. Todo el sistema facilita enormemente las compras a sus usuarios y contribuye a fidelizar a los consumidores. Los minoristas también reciben una gran ayuda en la gestión de la propia instalación: planificar las entregas y adaptar el surtido a las expectativas de los visitantes resulta más fácil gracias al análisis de los datos sobre su comportamiento.
La solución está equipada, entre otras cosas, con un ordenador con pantalla táctil, un escáner integrado en la empuñadura para leer códigos EAN y QR y la balanza correspondiente. El equipo también cuenta con un sistema de iluminación LED para informar al personal de la tienda del estado actual de la caja registradora y del modo en que está funcionando. La placa portadora, que aloja el procesador diseñado para los cálculos avanzados de IA del sistema, fue desarrollada por Unisystem específicamente para este cliente. La placa portadora, que nosotros diseñamos, está preparada para manejar una serie de periféricos, como los que controlan la carga de las baterías del carro, controlando el voltaje y el consumo de energía. El conjunto es un dispositivo completo en una sola placa, creado en estrecha colaboración con el cliente. El proyecto es fruto del trabajo conjunto y la comunicación entre equipos de especialistas en mecánica, electrónica e informática, y tiene potencial para rivalizar con las soluciones no tripuladas que ofrecen las grandes empresas tecnológicas.
Los especialistas de Unisystem combinan una visión compartida con un enfoque profesional: comprendemos y apoyamos a nuestros representados en todas las fases de cualquier proyecto. Desde el inicio del proyecto, pasando por la producción y el ajuste a los requisitos de la aplicación, hasta la implantación final, no sólo somos un proveedor de componentes, sino también un socio comercial. Póngase en contacto con nosotros para que le ayudemos con su proyecto.